Linux AV

Caitlyn Martin

Escribí una reseña poco estelar de openSUSE 11.2 para DistroWatch. ¿Por qué? Vale, porque había algún que otro problema con esta versión en particular. El instalador elige el driver equivocado y todo se cuelga, serias inestabilidades en KDE corriendo en un portátil comprado hace menos de un mes en una distribución etiquetada a sí misma como la mejor para netbooks, y otros asuntos menores. Es una pena porque, en general, siempre me ha gustado openSUSE. Nunca fue lo que se dice mi favorita, pero simplemente por preferencias personales y no por fallos en la distribución.

Lo primero, tengo que reconocer a los desarrolladores de openSUSE. He intercambiado buena correspondencia con Joe Zonker Brockheimer y Will Thompson, desarrollador del equipo KDE en Nuremberg, los dos de primer nivel. Son dos profesionales en Linux muy interesados en resolver problemas y dejarnos un producto de calidad más que nada. Les rellenaré unos informes de fallo para intentar ayudarles a resolver los problemas que me he encontrado.

Pero mientras que me siento positiva con el equipo de openSUSE, mucho menos con otros en su comunidad. Algunos fans o simplemente fanáticos se dedicaron a atacar a quien firmaba la reseña, yo, cuestionando mi nivel o incluso mi salud mental. Atacaron a Ladislav Bodnar por publicar mi reseña, culparon al hardware y a cualquier cosa excepto la distribución la cual era, para algunos, «la mejor de todos los tiempos». Vale. Estoy acostumbrada. Escribir reseñas honestas no te hace ganar amigos ni hacerte popular en la comunidad Linux. Algunos, demasiados, sólo quieren admiradas reseñas de fans en plan anuncios de distribuciones en la tele.

Estas tres respuestas las encontré especialmente indicativas de aquello a lo que me refiero.

«Hay demasiado fanatismo en el mundo, gente excitándose a causa de realmente nada, sobredosis de insignificancias. Pero lo realmente importante y relevante es ignorado.

El motivo está claro. Los problemas reales son ignorados porque, ¿qué es lo más importante para mí? YO.

Así que olvidemos los problemas reales. Mejor cuida lo que dices sobre MI distribución —religión, equipo, coche, etc.— porque lo que digas sobre ella lo estás diciendo sobre MÍ.

Recuerda, es MI distribución —religión, equipo, coche, etc.— y la he elegido. Así que si no es perfecta es que yo no soy perfecto. Y ESO es insoportable.»

«Me encanta Linux pero odio su comunidad. Creo a veces que la comunidad de Linux es su peor enemigo. Permíteme explicarme: Amo la comunidad de desarrollo, la que se centra en colaborar y en hacer las cosas mejores y compartir esas mejoras en beneficio de todos. Pero no soporto la comunidad de usuarios, al menos esa parte con voz que no tnene nada mejor que hacer que seguir con su rollo del &”lo mío es mejor que lo tuyo”.

¿Por qué el espíritu de los desarrolladores no se extiende a los usuarios? ¿Por qué sienten que hay que “defender” su distribución? ¿Por qué se toman las críticas a su distribución personalmente?»

«Estoy de acuerdo en que la comunidad es el peor enemigo de Linux. Lo digo siendo yo mismo un gran fan de Linux, el software libre y la comunidad del código abierto. Desafortunadamente, en muchos de los comentarios de ambas partes discutiendo las reseñas, hay comentarios que sólo discuten parcialmente la perte técnica y parecen haber sido escritos desde la ignorancia y sólo para hacer daño.»

Esos tres comentarios ilustran que éste no es un problema sólo de la comunidad openSUSE y plagan gran parte de la mucho más amplia comunidad de Linux. Y el problema es que hay ejemplos incluso peores.

Visto en O’Reilly Broadcast.

Hardware Linux netbook opensuse

Este artículo fue publicado el Jueves, 7 de Enero de 2010 a las 22:33 y está clasificado como Linux. Es posible seguir las respuestas a este artículo utilizando el feed RSS 2.0. Puedes dejar una respuesta, o hacer trackback desde tu propio sitio.